Un Viaje Dulce por Estambul: Baklava, Cultura y Rutas con Sabor

Mezquita Nusretiye, un edificio histórico ubicado en Tophane, distrito de Beyoğlu, Estambul, Turquía.

Foto de: Aciel Martinez Poll

¡Oh, Estambul, qué joya eres! Una ciudad que abraza dos continentes, que respira historia en cada esquina y que te seduce con aromas de especias, café turco y, por supuesto, el crujiente y meloso baklava. En nuestra aventura por La Ruta de Ace (sí, nosotros, los intrépidos exploradores de sabores y culturas), nos dejamos llevar por el bullicio del Gran Bazar, el vaivén del puerto de Estambul y la calidez de un pueblo que vive su historia con orgullo. ¿Listos para un viaje que combina risas, cultura y un amor desmedido por los postres? ¡Suban a bordo!

Estambul: Donde el Pasado y el Presente Bailan Juntos

Estambul no es solo una ciudad, es un crisol de culturas que han tejido un tapiz vibrante a lo largo de los siglos. Desde su fundación como Bizancio en el siglo VII a.C., pasando por su reinado como Constantinopla bajo los romanos y bizantinos, hasta convertirse en el corazón del Imperio Otomano, esta ciudad es un libro abierto de historia. Sus calles están llenas de mezquitas majestuosas como Santa Sofía, palacios opulentos como Topkapi y mercados que parecen sacados de un cuento de Las Mil y Una Noches. Pero lo que realmente nos robó el corazón fue su comida, esa mezcla de influencias mediterráneas, asiáticas y de Oriente Medio que hace que cada bocado sea una lección de historia.

Y hablando de comida, ¿cómo no enamorarse del baklava? Este postre, crujiente por fuera y jugoso por dentro, es un símbolo de la hospitalidad turca. Capas de masa filo, nueces o pistachos, y un almíbar dulce que te hace cerrar los ojos de pura felicidad. Pero, ¿de dónde viene esta delicia? La historia del baklava es tan rica como su sabor. Se dice que sus orígenes se remontan al siglo VIII en las cocinas de los palacios otomanos, aunque algunos lo vinculan a postres similares de la antigua Mesopotamia. Los otomanos perfeccionaron la receta, usando la delicada masa filo y almíbares de miel o azúcar, convirtiéndolo en un manjar digno de sultanes. Hoy, el baklava no solo es un postre, es una tradición que une generaciones y une a Turquía con sus vecinos balcánicos y de Oriente Medio, donde cada país le da su toque especial.

@hafizmustafa1864

El Puerto de Estambul: Donde el Sabor y las Olas se Encuentran

Nuestra aventura nos llevó al vibrante puerto de Estambul, donde los barcos pesqueros y los ferries danzan sobre el Bósforo. Aquí, entre el aroma a sal marina y el bullicio de los vendedores, encontramos un tesoro: Hafız Mustafa 1864 una institución en el mundo de los dulces turcos. Fundada hace más de un siglo, esta pastelería es un ícono de Estambul, famosa por sus *baklavas* que parecen susurrarte “pruébame” desde la vitrina. Probamos su *baklava* de pistacho, con capas tan finas que crujen como hojas secas y un almíbar que equilibra dulzura y sutileza. Pero no solo de baklava vive Hafız Mustafa: sus lokum (dulces turcos), künefe y tés aromáticos son un viaje sensorial. Cada bocado cuenta la historia de una familia que ha preservado recetas tradicionales mientras abraza la modernidad. ¿Nuestra recomendación? Pide un té turco para acompañar y déjate llevar por la magia.


Sabores que Inspiran: Un Toque de Europa y Más Allá

Estambul es solo el comienzo. Europa está llena de destinos que, como Turquía, celebran la comida como un lenguaje universal. Imagina un café en Atenas con un *bougatsa* crujiente, o una trattoria en Roma con un *tiramisú* que te hace suspirar. La cultura europea, como la turca, se nutre de la mezcla: griegos, romanos, otomanos, todos dejaron su huella en la mesa. Y si hablamos de lugares que inspiran, no podemos dejar de mencionar dos joyas que nos encantan por su vibra y sabor: Caffè Studio en Kefalonia, Grecia, donde el café se sirve con vistas al mar y un ambiente que invita a quedarte horas, y Hop Daddy Burger, un rincón en algún lugar del mundo (¡porque los burgers trascienden fronteras!) que eleva las hamburguesas a una obra de arte. Estos lugares, como Hafız Mustafa, no solo sirven comida, sino experiencias que te hacen querer volver.

HOPDADDY BURGER

La Ruta de Ace: Riendo, Comiendo y Descubriendo

En nuestra La Ruta de Ace, no solo comimos baklava hasta que nuestras sonrisas se volvieron pegajosas. Nos reímos con los vendedores del puerto que intentaban convencernos de comprar “el mejor baklava del mundo” (¡y todos eran deliciosos!). Bailamos al ritmo de músicos callejeros en el Gran Bazar y nos perdimos (literalmente) en callejones llenos de aromas a cordero asado y café. La cultura turca nos enseñó que la comida es más que alimento: es una forma de conectar, de compartir historias y de celebrar la vida. Y Europa, con su diversidad, nos invita a seguir explorando: desde los mercados de especias en Estambul hasta los viñedos de la Toscana o los cafés de Viena.











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